@juanarturom
“El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once, y siempre gana Alemania”
- Gary Lineker, exdelantero de la Selección Inglesa
Qué gusto poder contradecir a Lineker, campeón goleador del anterior Mundial jugado en México, el de 86, además derrotar por primera vez a una selección alemana en cualquier categoría y es que cuando la victoria y la derrota provocan en el mismo partido lágrimas, es porque el corazón estuvo en la alineación de ambos cuadros.
- El primer gol de México, al minuto 3, Julio Gómez con el hombro, el balón entra botando junto al poste derecho del arquero alemán.
- El empate teutón, Yesil roba un balón a la defensa mexicana que parecía había controlado la situación al ‘9
- Un par de fallas del centro delantero Yesil ante la portería mexicana, ambos salen cerca del poste izquierdo del arquero del Tri.
- Emre Can el capitán de los de blanco, toma el balón desde la media cancha, se quita a 3 y puntea con la derecha al ’59 para darle la vuelta momentánea al partido.
- Espericueta al ’75 cobra un tiro de esquina por la derecha y marca el primer gol olímpico en la historia del Estadio TSM, Gómez sale descalabrado, debe abandonar el encuentro para ser atendido.
- Se habían agotado los cambios, Gómez regresa a la cancha con un vendaje en la cabeza.
- Con el 2 a 2 G. Casillas manda un tiro centro que se pasea frente a la portería alemana sin que nadie llegue a cerrar, mucha angustia porque El Tri y la afición quieren evitar los penales.
- Julio Gómez inmortaliza su proeza, tiro de esquina que peina Gracia a primer poste, la prolongación le cae al número 8 de México que remata de chilena al ’89.
“El turbante mexicano nos dejó en shock” tituló el diario alemán Bild en su portal, en esta ocasión descalabro no fue sinónimo de derrota porque la representación sub-17 siguió mostrando la actitud, el futbol y la determinación necesaria, más la dosis de suerte que los ha acompañado durante todo el torneo, sin duda un triunfo inspirador en medio de este clima complicado, sufrido, de los que se quedan mucho tiempo en la memoria, de los que te recuerdan porque te gusta tanto este deporte y que nos hacen ilusionarnos con uno más, el último, el definitivo… Un triunfo que cuesta sangre, sudor y lágrimas.
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