miércoles, 28 de marzo de 2012

#Trece

Por Juan Arturo Muñoz @juanarturom



El fenómeno musical más grande de este país llevo a cabo su edición número 13, es inevitable darte cuenta que el Vive Latino ha crecido junto con nosotros, los años le han venido bien a la organización, las bandas, las nuevas propuestas, los escenarios y a la madurez del público que cada vez se divierte mejor en un festival que convierte durante tres días a la Ciudad de México en la capital del rock en Iberoamérica.

Sin embargo sigue habiendo detractores del evento que no se han dado la oportunidad de llegar y “vivirlo”, que el cartel ya no es totalmente latino, que algunas bandas no tienen lo necesario para presentarse o que el festival está comercializado de más, estos son algunos de los reclamos. También es normal que se puedan hacer comparaciones con otros eventos de dimensiones parecidas y eso también nos habla de la convocatoria que este tipo de géneros ha desarrollado en el público que no sólo vive en el D.F. gente de toda la república, incluso de otros países, espera con ansias la llegada de su festival de confianza.

El Vive Latino es además un foro que cada vez muestra más expresiones culturales y artísticas alrededor del movimiento musical conocido como rock, en donde otros géneros poco a poco se van integrando, aunque aún faltan más; la organización también ha sabido aprovechar mejor las instalaciones del Foro Sol y los escenarios cuentan con mejor accesibilidad además de una ubicación que permite disfrutar la música de mejor manera.

Uno de los problemas sigue siendo la entrada y salida del foro, estoy seguro que ese es uno de los puntos a mejorar dentro de la organización que también debería preocuparse porque los asistentes lleguen o abandonen el lugar con una mayor fluidez.

Sobre los artistas que no son propiamente de Iberoamérica y pisan los escenarios del Vive Latino, siento que le han venido a dar un empujón al Festival, un salto de calidad que enriquece el cartel y apoya el movimiento musical en nuestro país, haciendo que estas bandas lleven la vibra y el sentimiento del público mexicano hacia los lugares donde exponen su música.

Es un lujo tener en un escenario, el principal, a Madness por primera ocasión en nuestro país, casi frente a 60 mil personas y en otro a The Horrors con una excelente respuesta también; por su parte, la presentación de Kasabian me pareció espectacular, tocando lo más representativo de su repertorio, más los sencillos de su disco en promoción, Velociraptor. Pumped up kicks de Foster the People puso a todos a bailar, demostrando que era una de las rolas que se esperaban el sábado; desafortunadamente Tv on The Radio no prendió del todo a la audiencia no obstante de su calidad probada.

Sobre las bandas locales, Café Tacvba sorprendió a todos apareciendo en el centro del campo cuando todo mundo los esperaba en el escenario, además de que mantuvieron el nivel que los coloca en el top 3 de bandas mexicanas con su presentación. Zoé nos mostró lo bien armado que tiene su exitosisímo unplugged manteniendo incluso alineación original con Lo Blondo y Chetes incluido; más tarde llamarían a Bunbury para hacer con él la bien lograda versión de Nada, el público se les entregó por completo.

Bunbury cuenta con una gran legión de fanáticos que lo apoyan y siguen a donde vaya, el zaragozano no defraudó y junto a sus Santos Inocentes entregó una presentación de calidad, precisamente el español continúo y cerró ese escenario el viernes.

Me voy al domingo, Molotov otra vez está sonando bien machín, parece que las diferencias entre sus integrantes quedaron atrás, puso a brincar y gritar al respetable. Antes, en ese mismo escenario, el muy esperado regreso de los Illya Kuryaki and The Valderramas fue bien cuidado en cuanto a las rolas y los visuales, los argentinos se lucieron, sin duda.

El kilometraje recorrido en tres días de festival incluía litros de chela, un fuerte dolor de piernas y muchas horas bajo el intenso sol, pero sabíamos que venía el momento de dar el extra porque Fatboy Slim llegaba para incendiar el escenario, Norman Cook cerraba todo el evento con la energía a tope.

Un año nos separa de la próxima edición del Festival Vive Latino, seguramente que los detalles se seguirán puliendo y el público, que cada vez respeta más y convive mejor con el de a lado, ya estará haciendo sus pronósticos acerca del siguiente cartel, reto que se torna cada vez más complicado. ¿Y a ustedes qué les pareció?