miércoles, 25 de mayo de 2011

Diez… ¡Y siete!

Por Juan Arturo Muñoz E.
@juanarturom

“Como vas a saber lo que es el amor si nunca te hiciste hincha de un club”
Anónimo

Un neoyorquino jubilado de nombre Robert Fitzpatrick, se gastó todos sus ahorritos, 140 mil dólares en total, para colocar anuncios en varios puntos de la ciudad de Nueva York para advertir sobre el fin del mundo que iba a llegar en forma de un gran terremoto a ocurrir el 21 de mayo, ósea un día antes de la final de vuelta en C.U. entre Pumas y Morelia. Exactamente 7 mil años después de que Noé se salvó del “Diluvio Universal”, que menciona la Biblia.

Para fortuna del planeta Tierra y de quienes la habitamos y ensuciamos, el fin del mundo aún no llega, aquí seguimos, además de que el partido en C.U. se llevó a cabo. La ida había terminado 1-1, Palencia por Pumas y Rojas de parte de los Morelianos hicieron válidos los comentarios de los cronistas futboleros que afirmaron: “Yo veo una final muy pareja”.

Encontrar un boleto para este encuentro fue casi tan difícil como conseguir una chela dentro del estadio, y aún no se sabe, además de que nadie ha salido a explicar, qué pasó con el boletaje que ya estaba con los re-vendedores antes de que estuviera en taquillas, de cualquier forma, lo sabíamos todos, el inmueble se iba a llenar para que los antes “ates o canarios” tuvieran todo en contra, la gente, el horario, el clima, smog, altura y todo lo que ustedes quieran agregar.

Segunda temporada que Memo Vázquez dirige al equipo, sin refuerzos, pero dándole más oportunidades a los jóvenes canteranos, tal como él lo fue en algún momento de su vida como jugador hacia la segunda parte de los ochenta; borrosos tengo los recuerdos de un puma enorme en el pecho y enormes afros de una generación dorada con Cabinho, Muñante, Hugo, Cuéllar y demás a través de una televisión blanco y negro marca Philco, cuando por primera vez el equipo de la UNAM me hacía interesarme por ver deporte.

Pero la generación posterior, esa que jugaba los viernes en la tarde en C.U. es la que recuerdo perfectamente en mis días de primaria, en los que mi única chamba era ir a la escuela y ver, jugar, aprender, en fin, casi comer futbol; ahí estaba Memo Vázquez con el numero 6 en la espalda, compartiendo equipo con su compadre García Aspe, con Negrete, España, Súarez, Nava, Patiño, Luis García, Ríos en el arco, Campos en la delantera. Ese equipo que tenía a Mejía Barón en la dirección técnica y a Memo Vázquez padre como auxiliar.

Este equipo después de varias temporadas haciendo buenos torneos llego al título en la campaña 90-91, llevándosela de principio a fin, el ahora técnico de los Pumas ya jugaba en los Tecos pero fue parte de esta generación y por supuesto del festejo con los ganadores de la tercera estrella para el equipo que fue la base de la Selección Nacional en Ecuador, en la primera participación en una Copa América para el Tri.

Después de ese campeonato vinieron años difíciles para el cuadro universitario, dónde los emblemas poco a poco se fueron, la identidad se desdibujo, olvidaron las bases, no salieron los canteranos de calidad necesarios y comenzó a navegar en la media tabla, las alegrías para la afición fueron contadas pero los fieles se mantuvieron.

Llegó el bicampeonato del 2004 de la mano de Hugo Sánchez a manera de guión para película con final feliz, justo en el 50 aniversario de la institución y con triunfos en el Bernabeú, Campeón de campeones y lo que se pusiera enfrente, Pumas regresó a los primeros planos del futbol nacional, a pesar de que la cantera no estaba produciendo como debería, pero ese fue un momento políticamente correcto para convertirse en “puma de moda o puma de ocasión”.

Un problema de porcentaje anunciaba que a pesar de los títulos no se estaba trabajando a largo plazo, trajeron al “Tuca”, un histórico de los Pumas, que en todas las finales que disputó con el equipo como jugador metió gol, su estilo no es espectacular pero dio resultados, llegó a una final en 2007 y consiguió un titulo en 2009 con jugadores canteranos apuntalados con elementos de experiencia, se comenzaba a notar entonces la filosofía de la directiva.

El “Tuca” se fue de regreso a los Tigres cumpliendo bien su segundo ciclo, entonces su auxiliar tomó el mando, Memo Vázquez hijo, aquel que portara el 6 en sus años como jugador, con paciencia supo esperar el momento, en su primera temporada al frente del equipo lo llevo a una semifinal y en la segunda al campeonato, con el 56% de productividad, porcentaje alto para nuestro futbol, sólo le tomo 49 partidos llevar a la UNAM hacia su séptima estrella.

Haciendo un torneo donde fueron líderes durante gran parte de él, teniendo muy claro a lo que jugaban, dándole confianza a algunos jóvenes que enriquecieron el plantel y tomaron la oportunidad con responsabilidad, pero con una base de elementos que tenían varias temporadas jugando juntos e incluso habían sido campeones hasta tres veces anteriormente, disfrutando los partidos, haciéndolo con garra, con entrega en la cancha. Saliendo a ganar.

El Clausura 2011 fue bien disputado y con buenos encuentros en jornada regular, además de que tuvo una liguilla que reunió a los llamados cuatro grandes del futbol mexicano, pero sólo vio coronado a uno, ingredientes que realzan más el triunfo conseguido por los auriazules en una final que muchos criticarán que fue aburridona, aunque cuando juega tu equipo la tensión y los nervios te hacen vivir un partido diferente.

Pumas tuvo siempre claro el objetivo y encontró en su elemento más experimentado Francisco Palencia el referente que supo encabezar durante la liguilla al grupo, con entrega, liderazgo y buen futbol, su ausencia se notó claramente en el primer tiempo del partido de ida contra Monterrey donde estuvieron muy cerca de quedar fuera, contra Chivas su partición siguió en ascenso pero la cereza del pastel fueron los dos partidos de la final contra Morelia.

En la ida clavó un golazo, el festejo a la Axl Rose también tuvo su onda, para la vuelta nunca dudo en tomar el balón cuando se marcó el penal a favor del equipo, pasó al frente con su número 17 que lo ha acompañado durante gran parte de su carrera y sólo tomo dos pasos de vuelo para patear cruzado con pierna derecha y marcar el primero para el equipo, no es un jugador canterano, pero como si lo fuera, el cariño que le ha tomado a Pumas lo tienen como uno de los preferidos por la afición.

Pero cuando Cortés tomó el balón en la banda derecha y comenzó a quitarse contrarios provocó que la afición se quedara sin aliento durante unos segundos hasta que llegó la perfecta definición, una jugada impresionante que sirve para cerrar de la mejor manera una temporada ejemplar para este club por el que pocos apostaban al principio, el estadio se volvió una fiesta, la vuelta olímpica y la premiación se acompañaba de abrazos, brindis, cantos, saltos y fotografías en las gradas que sólo vieron como los pocos aficionados de Morelia desalojaban la cabecera del inmueble.

Inolvidable torneo el Clausura 2011 donde la Universidad alcanzó la máxima calificación, el 10, para conseguir su séptima estrella con un DT salido de la institución y muchos canteranos con buen futuro. Va este texto con mucho cariño para mis hermanos, amigos y aficionados de corazón Puma, que al igual que yo, quisieran como uno de sus últimos deseos, ver al equipo campeón antes del fin del mundo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario