Por Juan Arturo Muñoz E.
@juanarturom
Miércoles 11 de mayo 7:30 hrs
No puedo decir que me llegó sin pedirlo, desde que me desperté daba vueltas en mi cabeza el coro de Even better tan the real thing, pero cuando los boletos salen con tanta anticipación sucede que las cosas se enfrían y en esta ocasión deje pasar mucho el tiempo hasta que me encontré a horas del primer concierto de la gira 360 en México, sin lana y/o entradas para alguno de los tres que darían en el Estadio Azteca.
Miércoles 11 de mayo 18:30 horas
-Bueno
- ¿Qué pasó mi hermano? Pus ya estás, tengo el boleto, pasa por él al rato
- ¿Qué onda? ¿En serio? Perfecto, ¡Qué ch#$%&, no manches, muchas gracias!
- Si, pues tú lo vas a aprovechar bien
- Muchas gracias carnal, salgo por el, un abrazo
Futbol y días de liguilla en México, incluso, un par de horas antes, el Barcelona acababa de ser oficialmente Campeón de la Liga Española, una multitud estaba ocasionando un caos en la zona del Estadio Azteca pero no por un partido sino por la considerada mejor banda del mundo, honestamente no lo sé, lo que me queda claro es que el Tour 360° es actualmente el espectáculo más grande de una banda sobre la Tierra.
Llevaba varios días escuchando el “No line on the Hor i zon” que de entrada a mí tampoco me gustó tanto, pero ya con varias repasadas encontré rescatables a las rolas que formaban parte del set list de estos días, seguramente las canciones de este LP no trascenderán más allá de esta gira. Con el boleto en la mano me encontré afuera de las taquillas de Tlalpan en el Azteca, una llovizna se dejaba caer medio tímida provocando que el panorama se comenzara a pintar de ese color azul claro característico del impermeable “de a 10 de a 10 para que adentro no lo compre de a 20 o 30”.
Después de la suerte con la que me sentí por haber recibido minutos antes un boleto ya me encontraba decido a percibir a través de mis sentidos todo lo que viniera, aunque esto fuera una tormenta; me hubiera gustado poder compartir la experiencia con alguien pero estar solo me permitió vivirlo de una manera especial, con la posibilidad de pensarlo mucho, incluso hasta en cómo podría escribir mis vivencias en estas líneas.
Para llegar a tomar mi “asiento reservado” en la sección bajo I, pase junto a varios túneles, entre ellos el 4 que se llama Alfredo Tena, esa es la manera como se homenajea a sus ídolos por estos lares, luego pensé que debió ser buenísimo poder hacerle un túnel al “Capitán Furia”, pero en la cancha, enfrentándolo, después seguro no lo contabas por el hachazo que ibas a recibir.
Siempre me ha impactado mucho el verde de la cancha cuando ingresas por primera vez a cualquier estadio, en esta ocasión no fue la grama sino “La Garra”, esa impresionante estructura que esta inspirada en la del Theme Building, del Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, que es montada por 257 trabajadores (197 del grupo y 120 locales) y tiene un costo aproximado de entre 25 y 35 millones de dólares.
Llegué entonces al asiento 1, fila 8, más o menos en el tiro de esquina de la cabecera donde se pone “la Monumental”, en cuanto tome mi lugar se apagaron las luces y un estruendo irrumpió en el coloso de Santa Úrsula, Snow Patrol estaba en el escenario, uno de los tantos grupos abridores de esta gira, en lo personal hubiera preferido Kasabian o Florence and the Machine.
Me imagino que los formados en Glasgow nunca pensaron en su carrera estar ante tanta gente sonando tan bien y no me refiero a su música sino técnicamente ya que llegaba hasta los oídos de los ahí presentes a través de 400 altavoces que asustaron la incipiente lluvia, me parece que en general tuvieron una buena recepción siendo sus sencillos más conocidos Chasing Cars y Run las más coreadas, lograron involucrar al respetable e interactuar con él, la cosa fue que después de su última rola pasó hora y media aproximadamente para que U2 saltara a la cancha del dos veces mundialista.
La ola se armaba en el inmueble y una cuenta regresiva en las pantallas solamente hacia más inquietante la espera, hasta que minutos antes de las 10 de la noche el Cielito Lindo comenzó a escucharse, inmediatamente después Adam Clayton encabezó el camino de la banda hacia el escenario acompañados por Space Oddity de David Bowie, canción totalmente ad hoc para este escenario “como del espacio”, los cuatro irlandeses se adueñaban del tercer estadio màs grande del planeta para deslumbrar a su público que los recibía con gritos y aplausos.
La espera terminaba, Even better than the real thing ya no sonaba sólo en mi cabeza, todos los espectadores podíamos ser testigos de esas notas que por primera vez se escucharon hace casi 20 años en el Achtung Baby, el disco que me hizo adentrarme en esta banda, le siguió I Will Follow, el segundo sencillo en su historia, Get on your Boots, Magnificient, Misterious Ways, todo mi cuerpo retumbaba con el impresionante sonido y yo pensaba que este set list iba mucho mejor que el de su concierto de 2006.
Pero la cosa realmente prendió con Elevation, Until the end of the world puso 3 rolas en el marcador del Achtung Baby favorable al local de esa noche, entonces llegó otro momento muy emotivo, el Happy Birthday de The Edge para Bono, coreado por todos, por su cumpleaños 51 un día antes, luego dos grandes clásicos más, I Still haven’t found what i´m looking for y Pride subieron la temperatura de esa inolvidable noche.
Stuck in a Moment fue interpretada sólo con una guitarra acústica y voz, como cualquier trovador de café internet o bar de la esquina, pero a través de ese equipo de audio ¡Sonó tan lleno, impresionante! Tanto como lo fue escuchar a Bono cantando la sección de Pavarotti en Miss Sarajevo, otro de los momentos favoritos de la noche que fue iluminada al máximo para ver a “La Garra” en todo su esplendor con City of Blinding Lights.
Walk on se mezcló con el “himno” del Liverpool FC, You’ll Never Walk Alone para formar la pausa del primer encore, Desmond Tutu, activista sudafricano opositor del apartheid apareció en las pantallas con un gran discurso que culminó con la presentación del éxito más grande de la banda, One, el final era inminente, Amazing Grace, seguida de otra de las más coreadas Where the streets have no name.
El distor de una guitarra entre neones rojos anunciaba una gran sorpresa, Hold me thrill me kiss me kill me, canción parte del soundtrack de Batman Forever abría el segundo encore con energía, With or without you ponía la emotividad a tope y Moment of surrender creaba una gran atmósfera a través de la dedicatoria de Bono hacia ola de violencia del país, él nos dijo que no debíamos sentirnos solos porque todo el mundo estaba con nosotros deseando que la situación mejore pronto.
Una imàgen màs para el mural que narra la historia del Azteca se estaba escribiendo, la primera de tres fechas en la cuarta visita de la banda a nuestro país se terminaba y destaco la preocupación de los irlandeses por entregar algo más a su publico, no sòlo en cuanto al espectáculo, que siempre se agradece, y al final termina siendo el más importante del mundo.
También hablo de la entrega y preocupación por tener un detalle diferente en cada lugar que pisan, como el Cielito Lindo en México o una samba en Brasil, por moverle un poco al repertorio en cada presentación, porque con 35 años de carrera saben perfectamente su chamba y se entregan profesionalmente a ella sin ser los músicos más talentosos, porque lo que han logrado 4 personas en este período de tiempo es impresionante, donde por lo menos abren el debate sobre si son o no la mejor banda del mundo en estos momentos.
Discusión que puede pasar a segundo tèrmino cuando lo realmente importante para mì es que han creado grandes canciones desde su primer disco hasta la fecha, entre ellas “himnos” que forman parte del set list de cada una de nuestras vidas. Ahora me pregunto ¿Después de este show, cuál es el siguiente paso? ¿Cómo se beneficiaran ahora de los avances tecnológicos para volver a asombrar al mundo?
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