Vamos a hacer un silencio… Vamos a ver cómo fue.

Por Juan Arturo Muñoz E.

@juanarturom

Eran casi las 12 del día, el sol de diciembre del martes 14 me pegaba de frente y deslumbraba mi visión, traía la ventanilla abajo del auto con el radio a volumen muy alto, estaba escuchando la transmisión de la conferencia de prensa que anunciaba el cartel para el próximo Vive Latino 2011, previamente me había enterado de algunos rumores sobre participantes pero eran justamente eso; no paso mucho tiempo cuando los organizadores confirmaron una realidad que seguramente no era el único en desear desde hace años.

La lista de grupos participantes comenzó a fluir y el orden alfabético pronto llego a la “C” de Caifanes, ahora solo faltaba confirmar la alineación que subiría el próximo sábado 9 de abril al escenario principal para interpretar varias de las rolas que han formado parte del soundtrack de mi vida.

Aún recuerdo el impacto que me causo ver el video de Viento por primera vez, la imagen al estilo de The Cure… “Prestame tu peine y péiname el alma”, sacudió mis neuronas y me engancho para siempre con sus letras, por primera vez estaba oyendo en un grupo mexicano algo que me invitaba a pensar y no era literal como la música pop de ese tiempo, las letras “fumadas” regalaban a los escuchas la libertad de interpretarlas a su manera, a partir de la propia experiencia.

Alfonso André, Diego Herrera, Sabo Romo y por supuesto Alejandro Marcovich y Saúl Hernández son el cuadro titular confirmado para dentro de unos días. Además de que musicalmente es la mejor alineación, también es sin duda la más recordada.

Esta emblemática banda fue en los 80 líder del movimiento llamado Rock en tu idioma en nuestro país, en la trayectoria de Caifanes estos cinco integrantes grabaron juntos dos de los cuatro discos, el Volumen II, mejor conocido como El Diablito y su sucesor El Silencio.

En los 90 el camino estaba ya trazado por ellos, esto facilitó que otras bandas lograran con mayor facilidad llegar a la preferencias del público, sin embargo el liderazgo de Caifanes siempre los mantuvo por encima de todos aquellos que gozaron de alguna manera de las batallas ganadas para lograr ser firmados y promovidos por una disquera.

 El Vive Latino es el lugar ideal para este encuentro, reúne desde hace más de una década a las manifestaciones musicales que están alrededor del rock ya no sólo de Iberoamérica sino también el anglosajón, es promotor de una cultura que en esta edición permitirá al festival extenderse por tres días de música. Una oportunidad de dos, la otra será en Coachella en Indio California, para ver juntos en el escenario, a esta banda que a mediados de 1995 se desintegró.

Una tragedia los hizo reconciliarse, la operación de un tumor maligno en el cerebro que se le practicó a Marcovich, unos meses antes Sabo sufrió un ataque cardíaco mientras ensayaba una presentación con los Rostros Ocultos en Guadalajara, eventos que provocaron la sensibilización de Saúl para dejar atrás rencillas y preocuparse por los seres humanos que alguna vez formaron parte importante en su vida.

Al mismo tiempo espero para el próximo sábado el discurso conciliador de Saúl Hernández como en sus mejores épocas, que invita al público a la reflexión, recordándonos las bases sobre las que se fincaba el rock de esas épocas, ese verbo que seguramente hará mención honorífica de Rita Guerrero, quien lamentablemente muriera hace casi un mes de cáncer de seno, ex vocalista de Santa Sabina, banda que en diversas ocasiones abriera conciertos y formara parte del mismo cartel que Caifanes.

Pero sobre todo espero que la música acorte distancias de tiempo y espacio, permita tanto a los de abajo como los de arriba del escenario vivir una experiencia única que confirme que después de la muerte del grupo fueron enterrados con dulces y no con piedras…