jueves, 17 de mayo de 2012

Sir James Paul

Por @juanarturom

A pesar de haber visitado nuestro país apenas hace de 2 años, la llegada de Paul McCartney por cuarta ocasión a nuestro país causó mucha expectativa y quórum, tanto que los Estadios, Omnilife en Guadalajara y Azteca en el DF, con todo y sus precios desorbitantes, no fueron suficientes para albergar a quienes tenían ganas de verlo en vivo a sus casi 70 años.

Dada esta situación, se presentó también en el Zócalo de la Ciudad de México, el meritito Día de las Madres para romper su propio record, al congregar a casi 250 mil personas, según su página oficial, en la Plaza de la Constitución y sus alrededores, su anterior marca era de poco más de 180 mil en el Maracaná brasileño.

El “Macca” dijo haber sentido otra vez la beatlemanía al pisar las tierras mexicanas, porque toda esa gente que no había podido ver sus shows anteriormente guardaba las ganas contenidas durante tanto tiempo, además hubo quienes hicieron guardia afuera de su hotel en Reforma, a la espera de una foto o un autógrafo, Paul agradeció a todos ellos y también a Marcelo Ebrard por haberle entregado el nombramiento como Embajador Turístico de la Ciudad de México.

En lo personal, estas fueron las dos primeras ocasiones en que yo podía ver a “Sir Paul” (Azteca y Zócalo), dos grandes experiencias, muy diferentes por naturaleza aunque casi iguales en el set list, comentarios y chistes de la banda. El dos veces mundialista no está diseñado para conciertos, así que mi cómoda posición en lo más alto del recinto no me dejó disfrutar la música como lo hubiera deseado, no así el ambiente.


3 horas de canciones y recuerdos en ambas presentaciones, rolas que nunca hubiera imaginado escuchar en vivo a través de la interpretación de su autor o al menos de alguien muy cercano a ellos, me refiero a momentos como “Something” de Harrison o “A day in the life y Give peace a chance” de Lennon, por ejemplo.

Inolvidable e inexplicable sensación me causó escuchar el inicio de la tercera canción, la frase “Close your eyes and i’ll kiss you…”, me puso a brincar como quinceañera con la alegría única que la música te hace sentir, “All my loving” estaba sonando y provocaba el rugido impresionante del respetable, una rola que casi cumple 50 años de ser grabada, me puso pensar en toda la historia a cuestas.

La nostalgia y emotividad del momento + Rola de mi beatle favorito + Buena versión de Paul McCartney + Presentación emotiva de “Something”= Mi momento más sentimental de ambas noches. Quién hubiera pensado que ese encuentro inicial entre dos chavos de 11 y 12 años, dentro del camión escolar en Liverpool, cambiaría el rumbo de la música.

Ojalá que esta visita y la llegada de su música en vivo hacia un público tan diverso pueda causar interés, de parte de más gente, hacia su legado artístico de letras y melodías.

La historia de esta manifestación artística en el planeta ya le tiene preparado un lugar especial, su talento, carisma y preocupación por causas nobles lo hacen además ganarse el respeto, admiración y cariño de la gente del lugar en donde pise, así pues, México le hizo saber todos estos sentimientos en el canto: “oe, oe, oe, oe, oe, oeee Sir Paul, Sir Paul”.